lunes, 26 de septiembre de 2011

Amsterdam

Amsterdam es un lugar único: paseas por sus calles y parece como si te encontraras en un parque temático dedicado al ocio y la diversión. Restaurantes de todo tipo, coffe-shops, tiendas extrañas y variadas, mujeres en los escaparates, pro sobre todo mucha mucha gente joven y mucho movimiento. Amsterdam es eso, un parque temático dedicado al ocio, a las amigos que van a fumar, a las despedidas de solteros, a los turistas curiosos que pasean con su mujer mirando a otras mujeres, sí, Amsterdam es eso y mucho más. Amsterdam también es cultura: más de 42 museos de lo más variados: desde los irrespetuosos de la vodka, del sexo, de la tortura, de la cerveza, ice-bar and 4 D experience, del cannabis hasta lo más cultos como el Van Gogh, Rijksmuseum, Amstelrinkg, De Ana frank de Rembrant, de la navegación, de la ciencia... Hay una gran variedad para todos los gustos.
Amsterdam es también un lugar de diseño, de diamantes, de conferencias.. una ciudad única y especial

En esta ciudad en la que te parece que todo está permitido a veces te entra una sensación de estremecimiento, por no saber si a determinadas horas y especialmente fruto del alcohol y la Marihuana, la respetuosa Amsterdam podrá convertirse en un lugar peligroso. Sin embargo normalmente no es así, es una ciudad tranquila, donde en realidad nada está permitido, sino perfectamente regulado y controlado y cualquier actitud fuera" de la norma" es rapidamente reprimida.

Una ciudad caótica a veces, en las que muchos turistas se sienten inútiles con un mapa (por los impronunciables nombres de las calles) y sin el que también están perdidos, ya que es muy fácil desorientarse por ser el centro una tela de araña alrededor de la Estación central. Un lugar agobiante para muchos, donde tienes que estar permanentemente pendiente de las bicis, los coches y los tranvías, y una ciudad donde en un día crees haberla visto toda.Sin embargo Amsterdam es todo esto y mucho más, una ciudad para descubrir de muchas maneras: caminando, en bicicleta, en barco.. Amsterdam tiene mucho por descubrir y yo voy a intentar mostrar alguno de mis hallazgos

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Ubicación:Amsterdam

viernes, 9 de septiembre de 2011

Un día de nervios

Hoy es un dia de esos, en los que te encuentras a 200 revoluciones por minuto. Mi vuelo sale a las 7,20 y me acuesto pensando que la facturacion la cierran a las 6,40 de la mañana. Sí lo se, mi casa está a 5 minutos en metro del aeropuerto, pero no abren hasta las 6, pero luego tengo que andar por otros 10 minutos para facturar, y ¿qué pasa si después hay una cola inmensa, o por lo que sea el metro se retrasa o tengo exceso de equipaje o se me ha olvidado algo importante...?

En fin tengo la cabeza a todo meter. Pese a ello intento dormirme, pero esos pensamientos vuelven a mi mente no sé si ya de forma consciente o inconsciente. Lo cierto es que la noche está siendo horrible y más aun cuando sólo tengo 4,30 horas para dormir. Pero ni eso, mi despertador lo tengo programado a las 5,30, pero a mitad de noche me levanto y lo atraso hasta las 5,15. Pero sigue sin ser suficiente, de nuevo me vuelvo a levantar, pensando si he impreso o no la tarjeta de embarque, miro el reloj y veo que son las 4,45, y ya no merece la pena volver a dormir. Así que vuelvo a pensar, ahora sí conscientemente si es buena idea o no el coger un taxi. Madre mía, pero ¿Qué me pasa hoy? ¿Estoy dándole excesiva importancia a tonterías o es que mi preocupación puede ser algo premonitorio? Sigo sin decidirme por esta chorrada y sigo pensando, perdiendo el tiempo y volviéndome loca de nuevo. Creo que mi nerviosismo se respira en el ambiente en forma de energía negativa, y hace que mi marido se despierte, y me pregunte si ya es la hora o qué pasa. Le cuento mi estúpida tortura mental y me dice: pero por favor cógete un taxi y déjate de tonterías. Eso es lo que necesitaba, el impulso o la decisión de alguien pues yo no me sentía capaz.

En fin, finalmente llamo a un táxi, viene a buscarme, me cobra 16 euros desde Madrid Barajas hasta la terminal 1 y aunque consigo tranquilizarme un poco sigo a mil por hora. Madre mía y en París me esperan 37 personas y yo soy la guía y me encuentro en este estado. Le comento mi noche al taxista y a la hora de pagar empiezo a dudar: "espere, tiene cambio de 50, es que pensé que tenía 20 euros pero no los encuentro, sí espere están aquí..." y el señor me responde pues si, la verdad es que está nerviosa..!

Son las 5,50, pero voy corriendo a facturación, pensando en quitarme este trámite horrible de los aeropuertos, por si pasa algo, y ya estar sentada tan pronto como sea posible en el avión. El chico me da la tarjeta de embarque y yo abro nerviosa la cartera, busco en ella, en el bolso, Socorro, creo que me estoy volviéndo loca! Y finalmente le pregunto al chico de facturación si me ha devuelto mi dni, me dice que sí, pero pronto revuelve en sus papeles y me dice, no perdone señora se me olvidó devolverselo. Parece que un poco de histerismo a veces no viene mal. Bueno primer paso hecho, ahora solo queda el control de seguridad. A la entrada del mismo, me encuentro a uno de los policías de seguridad dándo voces, gritándo a diestro y sientro, por favor tengan YA preparada la tarjeta de embarque, SOLO la tarjeta de embarque! Y sigue repitiéndolo una y otra vez, hasta que de pronto veo que sale corriendo detrás de una chica, y yo pienso madre mía que habrá pasado, y me doy cuenta de que está realmente nervioso, mucho mas de lo que yo estaba y entonces al verlo refeljado en otro, me doy cuenta de la inutilidad del nerviosismo y empiezo a relajarme.. Paso el control de seguridad, me monto en el avión despega y entonces ya me relajo por completo!!



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lunes, 5 de septiembre de 2011

Teresa


Hay un tipo de belleza que no se marchita con la edad si no que más bien se acrecienta con ella.

Hay un tipo de belleza que puede ser tan atrayente o más que la belleza física y que perdura más que esa.

Hay un tipo de belleza que se contagia, que no tiene efectos secundarios y que puede convertirse en una auténtica droga.

Esa es sin duda la belleza del conocimiento y de eso saben mucho, unos cuantos de los guías locales y compañeros que he conocido y entre ellos Teresa, una de las guías más experimentadas y que ahora se acaba de jubilar.